DEFENSAS CONTRA LAS INFECCIONES

Nuestro cuerpo posee barreras externas que impiden la entrada de los agentes infecciosos y si logran atravesarlas actúa el sistema inmunitario.

DEFENSAS EXTERNAS

LA PIEL: si no posee lesiones impide el paso de los agentes infecciosos. EL sudor que generan las glándulas sudiríparas es ácido e impide el crecimiento de hongos.

SUSTANCIAS QUÍMICAS: como la lisozima presente en las lagrimas el el ácido clorhídrico que segregan las células de estómago que destruyen a los agentes patógenos.

FLORA BACTERIANA: nuestro intestino la piel o el conducto genital poseen bacterias que nos protegen de otras bacterias patógenas.

MUCUS: segregado por las células de la vía respiratorias arrastra las partículas que entran con el aire para ser expulsado al exterior.

DEFENSAS INTERNAS: SISTEMA INMUNITARIO

El sistema inmune reconoce toda sustancia extrañas que llega a nuestro organismo. los agentes patógenos poseen diversos antígenos en su superficie que son reconocidos por las células inmunitarias.

CÉLULAS DEL SISTEMA INMUNE: como se mencionó en la unidad 2 en conjunto son los leucocitos. hay diferentes tipos:

MACRÓFAGOS: encargados de fagocitar los agentes infecciosos 

LINFOCITOS B: fabrican anticuerpos

LINFOCITOS T: destruyen células

ANTÍGENOS-ANTICUERPOS: entre esto se produce un reconocimiento una unión específica:

ANTICUERPO (AB): son proteínas fabricadas por los linfocitos b especificas para cada sustancias extrañas que llega a nuestro organismo.

UN ANTÍGENO (AG): es toda sustancia ajena a nuestro organismo capaz de desencadenar una respuesta del sistema inmunitario.

RESPUESTA INMUNE 

En primer lugar actúan los macrófagos fagocitando las sustancias extrañas y mostrando sus antígenos en la superficie de su membrana. En este momento se desencadena una respuesta doble, por parte de los linfocitos T linfocitos B  que se complementa.

RESPUESTA HOMORAL: los linfocitos B reconocen los antígenos y fabrican anticuerpos.

RESPUESTA CELULAR: está mediada por los linfocitos T que se encargan de destruir las células extrañas al organismo o bien las propias que resultan infectadas por un agente patógeno.